
Este poema fue publicado en el programa de las fiestas de San Juan de Castrojeriz, aunque el estado fragmentario del mismo me impide saber de qué año exactamente. Es bien sabido que Rastrilla lleva más de una década atendiendo en El Mesón de Castrojeriz, y que (aunque pernocte en Pedrosa), este lugar se ha ido convirtiendo poco a poco en su escenario vital. Andrés ha superado la añeja rivalidad entre nuestros dos pueblos, miopía tan propia de lugares comarcanos, reconociendo el abolengo histórico de la rancia villa jacobea y cantándolo con admiración y rendimiento. Tal vez haya incluso desborado su entusiasmo, tratando de transmitir una sensación de grandeza épica que atenaza al poema en una retahíla de apelaciones gloriosas sin demasiada originalidad ni sustancia.
La condición de hito jacobeo de la villa, así como su patrimonio artístico, focalizado (por el aire marcial que le quiso dar al poema) en su arruinado castillo, son los argumentos que sostienen las ambiciones heráldicas de su descripción.
Hay quien ha desacreditado este poema por la soprendente alusión a un "alijo" que se produce a su final, y abusando de las resonancias delictivas del término, ha hablado, incluso, de un texto en apología de la droga, o cosas por el estilo. Téngase presente que, de acuerdo con la RAE, el término, en su primera acepción, significa la acción de alijar, es decir, aligerar o aliviar la carga de una embarcación, o desembarcar incluso toda la carga. Esta carga no tiene por qué ser un artículo de contrabando o ilegal, aunque nada ayuda la asociación del adjetivo con el término "esconder".
Castrojeriz, fueros alardes de grandeza (Andrés Rastrilla)
Austero imperio, triunfante
por tu histórico valor,
abuelo jovial constante,
tu casta alza la bandera del furor.
Testigo del caminante
coloso en sabiduría y esplendor.
En tu sello cabe la gloria
del osado peregrino.
Cansado e inquietante,
que la estela del camino
con su apóstol en la memoria
le haga llegar allí triunfante.
Aquí siento la euforia.
No se cierran los recuerdos
a tí: huella por tus iglesias,
reliquia por tus monumentos.
Al honor entre ti
la voz de ayer
un surtidor de poder.
Y por hoy sí;
repaso en el pensamiento,
que alguien más te ha de querer.
Así lo dice el visitante,
y el turista extranjero,
que eres histórico semblante,
pero ansiado compañero.
En ti pasando flamante,
por siempre versos del honor
plasmando en destello de valor,
por ti Castilla siente su sangre.
En Burgos, posada y cobijo,
Castrojeriz, aquí se esconde un alijo
lleno de altura y valor.
La condición de hito jacobeo de la villa, así como su patrimonio artístico, focalizado (por el aire marcial que le quiso dar al poema) en su arruinado castillo, son los argumentos que sostienen las ambiciones heráldicas de su descripción.
Hay quien ha desacreditado este poema por la soprendente alusión a un "alijo" que se produce a su final, y abusando de las resonancias delictivas del término, ha hablado, incluso, de un texto en apología de la droga, o cosas por el estilo. Téngase presente que, de acuerdo con la RAE, el término, en su primera acepción, significa la acción de alijar, es decir, aligerar o aliviar la carga de una embarcación, o desembarcar incluso toda la carga. Esta carga no tiene por qué ser un artículo de contrabando o ilegal, aunque nada ayuda la asociación del adjetivo con el término "esconder".
Castrojeriz, fueros alardes de grandeza (Andrés Rastrilla)
Austero imperio, triunfante
por tu histórico valor,
abuelo jovial constante,
tu casta alza la bandera del furor.
Testigo del caminante
coloso en sabiduría y esplendor.
En tu sello cabe la gloria
del osado peregrino.
Cansado e inquietante,
que la estela del camino
con su apóstol en la memoria
le haga llegar allí triunfante.
Aquí siento la euforia.
No se cierran los recuerdos
a tí: huella por tus iglesias,
reliquia por tus monumentos.
Al honor entre ti
la voz de ayer
un surtidor de poder.
Y por hoy sí;
repaso en el pensamiento,
que alguien más te ha de querer.
Así lo dice el visitante,
y el turista extranjero,
que eres histórico semblante,
pero ansiado compañero.
En ti pasando flamante,
por siempre versos del honor
plasmando en destello de valor,
por ti Castilla siente su sangre.
En Burgos, posada y cobijo,
Castrojeriz, aquí se esconde un alijo
lleno de altura y valor.
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