lunes, 19 de mayo de 2008

Evolución del carro


Hay que reconocerlo. En este poema abusa Rastrilla de su recurso más célebre, que podríamos llamar "último verso fugitivo", o algo así. Ya hemos comentado alguna vez la querencia de nuestro poeta por buscar al final de la composición un desenlace que nos descoloque, una abrupta desviación del hilo argumental que irrumpe de manera surrealista, y que provoca en el lector una enorme sensación de desconcierto, pues, acabado el poema, no queda espacio para reinterpretarlo, para tratar de buscar un engarce lógico a esa expresión. Hay quien sostiene que este recurso no es sino una tosca sujección a la rima. Yo creo que no es así, porque si así fuera, su uso sería indiscriminado a lo largo de todo el poema, y sin embargo se manifiesta con contundencia e intención al final del mismo. ¿Qué sentido tiene la "nueva pastilla" que saborea el agricultor? Es cierto que este poema, cuyo título sugiere la disciplina de la exposición de un museo antropológico, se muestra muy caótico en su sintaxis, cargada de solecismos y expresiones frustradas. Tampoco las asociaciones de ideas se someten a una disciplina racional (dando ya por amortizado el agresivo efecto disonante del último verso).

Pero también es cierto que el poema homenajea con sinceridad y ternura a los labradores que vivieron el tránsito de la tracción animal a la mecanizada, con toda la revolución que ello supuso en artefactos, usos y denominaciones. Cambios (también se intuye en su poesía) que tardaron en descargar la dureza del trabajo del campo en aquellos años difíciles.

La fotografía que ilustra esta entrada bien podría ser una tertulia en la que se estaría hablando de alguna de estas composiciones. De izquierda a derecha, José Gabriel es quien mira desafiante al fotógrafo; le sigue Chisum, que en apariencia está haciendo uso de la palabra. José Antonio parece dispuesto a apostillar algo de lo que dice su buen amigo y vecino. Ratrilla ofrece un gesto reconcentrado, meditativo, digeriendo sin duda alguna de las agudas reflexiones de Chisum. El Reverendo parece tener la mirada perdida, aunque tal vez esté atento a un posible comentario de Rastrilla. Un tanto ajeno a la conversación está Lorenzo, con seguridad entretenido en otros pensamientos.

Evolución del carro (Andrés Rastrilla)

Tornábase en el tiempo
para luego andar,
con un redondel
en los dos centros
recorriendo toda Castilla,

y por dentro un panel
formando una guardilla.

Pues por adentro
les ha de poner
cuatro sacos de trigo,
caminando por el camino
los quiere moler
(me contaba el campesino).

Me acordaba del aparato
y de tanto pensar
sin más
y de cualquier manera
hice otro retrato:

llamábase entonces galera,
que pesaba mucho más
y subía con más peso
por toda la ladera.

Allí recorre Castilla
lo enganche el tractor,
sin una borriquilla
y soy otro agricultor
que ahora saborea
una nueva pastilla.

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