
No es necesario advertir que en esta poesía Rastrilla extrema su recurso a la escritura automática. Se escriben sensaciones, estados de ánimo, por encima de la lógica, insistentemente saboteada. Si se aprecia esa constante en Rastrilla que es reprochar a la mujer su carencia afectiva, y reaccionar de manera en absoluto resignada. Se castiga a sí mismo con brutalidad (Retuérceme la cabeza... / que se rompa la cabeza / si contigo no puedo estar.), y no es más blando con su supuesta amada (mujer suicida... / busca otro compañero, / que te dé otra lección). En realidad, Andrés manifiesta en todas sus poesías amorosas situaciones de desazón y conflicto, nunca aparece el menor atisbo de amor sereno, por muy difícil de alcanzar que éste pudiera ser.
La alusión a novelas de las que sólo se puede leer el cero se me hace incomprensible, como no sea el cero como representación de la imposibilidad, de la negación total del amor, y la novela la historia amorosa de su vida. El poema da para mucho más, me gustaría que otros críticos más atinados contribuyeran en la ardua tarea de desentrañarlo por completo.
Cuerpo en desunión (Andrés Rastrilla)
Retuérceme la cabeza
si no te puedo engañar;
árdeme en tristeza
si no te puedo atrapar.
Corazón encendido,
envuelto en un pedestal,
cuerpo herido,
porque no te quiero ayudar.
Razón eres para mí
por todo lo que te quiero;
muñeca de tapiz
válida en el mundo entero.
Cuerpo en rebeldía
por atar una unión;
la mujer suicida
con un gran corazón.
Dime tú,
si es que no te quiero
que ardan las perlas
y se queme el dinero.
Las novelas aquellas
también quiero perderlas
que con sólo leerlas
sólo leo el cero.
Escúchame ya, si no he sido sincero:
en ninguna ocasión
busca otro compañero
que te dé otra lección.
¡Espero la tristeza
si no te puedo hallar;
que se rompa la cabeza
si contigo no puedo estar!
Que venga la pobreza
si no te voy a encontrar,
después de aquella disputa
que tuvimos en el bar.
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