martes, 13 de mayo de 2008

Soy poeta y escritor

El éxito de Por el amor de una mujer, y sus sonados "problemas de censura" produjeron en Rastrilla, al mismo tiempo, un refuerzo de su convicción poética y la necesidad de defendense argumentadamente de algunos dicterios y malentendidos que la difusión de aquella poesía le había causado. El orgullo de ser poeta y la vindicación de esta condición, junto con la defensa de su libertad de palabra, siempre usada sin mal propósito, son los fundamentos de la que será su poesía más célebre, tantas veces recitada que no habrá en Pedrosa y alrededores quien no sepa seguir de memoria a su primer verso: Soy poeta y escritor...

Aunque Rastrilla haya negado esa inspiración, es inevitable evocar a Machado y su famoso patio de Sevilla, donde crece el limonero. El autorretrato del poeta sevillano, trazado con una tierna ironía que destila humanidad en todos sus versos, es un referente inexcusable para todo aquel que quiera componer un resumen autobiográfico en forma poética en lengua española. Salvando todas las distancias que haya que salvar, este poema también transmite humanidad y bonhomía.

La primera estrofa no necesita mayores comentarios. La acumulación de sinónimos imperfectos en gradación ascendente no es sino una catarata de palabras para afirmar su vocación, y no dejar la menor duda sobre ella. En la segunda estrofa se nos ofrece un vertiginoso resumen de su variadísimo currículo laboral, por fortuna serenado hace ya varios años, en los que trabaja de camarero en el Mesón de Castrojeriz. Esta variopinta peripecia vital, y todo el anectodario que ha desencadenado, serían objeto de, al menos, otro blog más extenso que el presente. En la tercera estrofa tenemos una alusión directa a las ampollas que en algunos despertó aquella parte de su poesía levemente satírica (o picaresca, como él preferiere que se diga) a la que ya hemos hecho mención en otros comentarios, sobre todo al dedicado a "Por el amor de una mujer". Pero por si había alguna duda de su compromiso poético, en la siguiente estrofa se encarga de disiparla, pues seguirá componiendo poesía aunque haya malos trances.

La última estrofa vale como una síntesis de toda su producción poética. En una de sus piruetas temáticas, introduce de manera abrupta el anhelo de amor que ya hemos estudiado en poesías precedentes, y que poco a poco va alcanzando rango de obsesión. Sin embargo, el dictado es sereno, hasta ligeramente irónico, al objetivarse a sí mismo como un pícaro juglar ante los demás, que no pretende otra cosa que despertar alguna sonrisa mientras busca a la dama a quien entregar versos y corazón.


Soy poeta y escritor (Andrés Rastrilla)

Soy poeta y escritor
pues hago versos y poesías
y me llena de alegría
recitar como un ruiseñor.

He hecho de todo,
he sido obrero
y hasta representante,
he trabajado en cualquier cosa
y he hincado bien el codo.

He contado hasta amores,
no quiero molestar a la gente,
y me siento indiferente,
pues no quiero malos sabores.

He compuesto de todo,
desde sátiras hasta romances
y lo hago de cualquier modo
aunque haya malos trances.

Así es este señor,
un pelín burlesco,
pero un gran soñador
y aunque sea picaresco
busco a mi gran amor.

No hay comentarios: